A lo largo de la historia y en las distintas disciplinas, el género predominante ha sido siempre el masculino, pero el trabajo femenino también tuvo su importancia.

En todas las actividades sociales, las mujeres siempre cumplieron roles claves. En el mundo del tatuaje han sido muchas las que generaron impacto y junto con su trabajo y esfuerzo, participaron en escribir parte de la historia.

Aunque hoy en día las cosas han empezado a cambiar, hasta no hace muchos años, las imposiciones sociales respecto de qué trabajos se suponían que tenían que hacer las mujeres y que roles debían ocupar, eran muy fuertes.

Es por esto que las más revolucionarias han sabido ser también las más rebeldes, porque se animaron a imponerse por sobre lo esperado y, de diferentes maneras, supieron correrse de las normativas y los mandatos para ir en búsqueda de sus propios deseos.

El “deber ser” y todas las expectativas sociales y culturales se fueron desarmando cuando la primera mujer decidió no solo tatuarse, sino también tatuar a otros.

¿Quieres saber más? Vamos a por ello.

Maud Wagner, la primera tatuadora

Maud Stevens Wagner, más conocida como Maud Wagner, es considerada una de las mujeres tatuadoras más famosas del mundo.

Nacida en 1877 en Kansas, provenía de una familia muy pobre y siendo adolescente emprendió su vida fuera de casa para unirse al circo.

En ese entonces, era muy extraño que las personas llevaran tatuajes y los pocos que lo hacían eran mayormente hombres.

Además, en líneas generales, tanto las personas tatuadas como sus tatuadores, se encontraban en la marina y en el circo. Es por esto que, Maud al ingresar en el ambiente conoció los tatuajes muy de cerca.

Inició su carrera como trapecista y contorsionista y al poco tiempo conoció a su marido Gus Wagner, quien además de llevar tatuajes, también sabía tatuar. Maud al verlo quedó tan fascinada que quiso aprender su oficio y así, Gus accedió a enseñarle y juntos comenzaron a tatuar.

La pareja invirtió tanto tiempo en esta profesión que decidieron dejar el circo para dedicarse exclusivamente al tatuaje.

Sin demasiado esfuerzo, Maud se convirtió en una de las artistas más famosas, manteniendo su oficio hasta su muerte en 1961.

La pareja tuvo una hija, Lotteva Wagner Davis, quien desde muy pequeña aprendió a tatuar como sus padres, logrando ser muy reconocida, pero que contrariamente a ellos, nunca llevó ni un solo tatuaje.

Tatuadoras reconocidas en la historia

Después de Maud otras tantas artistas copiaron su ejemplo. Una de ellas es Jessie Knight, la primera tatuadora registrada del Reino Unido en ser reconocida mundialmente.

Nacida en 1904 en Croydon, también fue muy cercana al circo, y se desempeñó trabajando de blanco humano hasta que un día recibió un disparo en su hombro que la hirió severamente y la alejó del circo.

Fue ahí cuando Jessie hacia 1920 decidió emprender su camino como tatuadora junto con su papá, quien también tatuaba.

Trabajó incansablemente hasta que en 1955 ganó el segundo lugar en la Champion Tattoo Artist of all England, lo que le dio alto prestigio y la impulsó a abrir sus propios locales de tatuajes.

Jessie continuó tatuando hasta su muerte en 1992 y logró ser una de las mujeres más importantes en la vanguardia.

Otra tatuadora fue Mildred Hull, quien nació en 1896 en Nueva York. Con solo trece años, empezó su camino como bailarina de circo, pero empujada por el conocido Charles Wagner, empezó a tatuarse todo el cuerpo y abandonó la danza para convertirse en exhibicionista.

Al tiempo, esto no le hizo demasiada gracia y comenzó su propio camino como tatuadora abriendo su salón en Bowery, llamado The Tattoo Emporium, donde consiguió un gran reconocimiento popular.

Por último, podemos hablar de la artista Betty Broadbent, nacida en 1909. Cuando tenía catorce años empezó a trabajar de niñera para una familia en Atlanta City, y fue en esa ciudad donde conoció el tatuaje por primera vez.

Hacia 1927, Betty ya contaba con más de 350 diseños en su cuerpo y trabajó como exhibicionista en los circos hasta 1967, cuando decidió jubilarse.

Murió en 1983, dos años después de ser la primera persona en ingresar al Salón de la Fama del Tattoo.

Tatuadoras en la actualidad

Afortunadamente y gracias a mucho esfuerzo, en la actualidad muchas son las artistas reconocidas en diferentes partes del mundo que han podido consagrarse con una prestigiosa carrera profesional.

Cuando pensamos en Realismo, una de las artistas que quizás se vengan en mente es Valentina Riabova, quien se posiciona como una referente del tatuaje realista a color.

Pero, con menos seguidores y no menos talento, también la artista china Victoria Lee despliega todo su potencial en tatuajes que realmente lucen como fotografías.

Por otro lado, si hablamos de talento podemos mencionar a Hannah Flowers, tatuadora escocesa que empezó su camino en 2011 y que para el 2022 ya se consagra como una de las más destacadas por su estilo tan particular al combinar arte pictórico y tatuajes.

Si de tatuajes a color y de flores se trata, la artista británica Kat Abdy es una de las más destacadas artistas inglesas en dedicarse exclusivamente a estos diseños, generando una combinación espectacular de tonalidades y colores muy vivos.

Pero como ellas podríamos mencionar miles y miles de mujeres más alrededor del mundo.

Lo cierto es que antiguamente, en un ambiente de hombres, era muy extraño ver a mujeres tatuadas y que también sean tatuadoras.

Por esta razón, a las primeras tatuadoras y a las artistas actuales, esto las hace aún más fuertes, ya que, pese a toda imposición, luchan por ser reconocidas en un lugar históricamente ocupado por hombres.

Sin la valentía de estas mujeres, hoy probablemente la historia hubiera sido otra.

Ink Happened, una comunidad para tatuadoras

A modo de preservar y cuidar el trabajo femenino, las artistas Laura Caselles y Embla Holm decidieron crear una comunidad digital solo para tatuadoras mujeres.

Así surge Ink Happened, una red digital que busca agrupar y conectar artistas de todo el mundo de manera 100% gratuita. Sus pilares son la inclusión y el reconocimiento del trabajo de las artistas dentro de la industria y su objetivo es crear una sociedad que funcione como apoyo entre las colegas.

Si quieres saber más, entra a la página y descubre nuevos talentos.

Un salón de tatuajes solo para mujeres

Un grupo de tatuadoras brasileras decidió llevar adelante un proyecto que tenga como bandera la preservación del trabajo femenino, en donde su personal sea 100% mujeres.

Así, en 2015 nace Sampa Tattoo ubicado en la ciudad de São Paulo.

Actualmente, son diez las artistas que trabajan en el local y no solo tatúan, sino que también se dedican a hacer talleres y cursos destinados a la capacitación de más personas en este oficio.

A diferencia de otros estudios también liderados por mujeres, ellas aseguran tener un público mixto, atendiendo tanto hombres como mujeres.

¿Qué te ha parecido la nota? ¿Conocías el trabajo de estas mujeres? ¡Cuéntanos en los comentarios!